lunes, 14 de septiembre de 2015

El gran incendio (historia en verso)- Revisitado, retocado y finalizado, al fin.



La noche no es cerrada
y Jaca vive con la resaca
que supuso la oleada
de mil llantos derramados.

En la boca, lengua viperina
por una incomodidad repentina
demasiadas veces vivida
se desliza sin problema una mentira.

Mientras, dudas recientes
de una visita nonata
y un viaje no pendiente
una tensión creciente.

Entretanto, las palabras fluyen
en una soledad sorprendente
por una inseguridad iracunda
un verso caído, incoherente.

La tristeza empatiza,
la incógnita se resuelve
las mentes se unen físicamente
y la respiración se comparte.

Una pregunta resuelta,
una incógnita nueva
un recuerdo ingrato
una disyuntiva renacida.

Fue un destello eléctrico
en la quietud de la noche,
un incendio en la precariedad,

en la soledad de todo un glaciar.  

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