A veces es un azul reflejado, pentahidratado
otras veces es un marrón seco, polvoriento
a veces es un verde pistacho, metalizado
¿o tal vez un zarcillo de sombras carmesíes?
A veces fue de un ámbar oxidado
o atisbos de plomos tormentosos
y blancos espumosos, enrabietados
sobre las olas de un poseidón enfurecido.
A veces es un violeta antinatural
y otras cobrizo como el respingo de una rosa.
Y muchas veces negro como una noche cerrada
o un flash cegador que te envuelve entero.
Intenso como un amargo ébano
y confuso como un arcoiris de sabores.
Soy el alquimista de los colores,
y nunca nadie es profeta en su tierra.
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