lunes, 17 de marzo de 2014

Papá

No es tarea fácil
y un día es irrelevante
porque al fin y al cabo
solo es un día al año. 

Algunos harán regalos
aunque es mejor no dar sustos
a alguien siempre preocupado
y siempre dispuesto.

Habrá grandes momentos, 
y otros no tan grandes,
cosas que a priori no entenderás
hasta que la historia se repita.

Y al fin y al cabo 
ese es el fin de la vida
el ciclo se repite
nacemos para ser padres.

Y no hay nada escrito
y todos nos equivocamos.
Tenemos nuestras cosas
y a veces nos rebelamos.

Por eso, y esta vez,
no importan disculpas, 
pues lo único que quieren
es que su semilla crezca.

Por tanto, léelo y no te canses,
pues esta vez va por ti
pues la semilla crece, 
y todo, gracias a ti.

lunes, 10 de marzo de 2014

Es jueves.

Es jueves, y suena el despertador. Se levanta corriendo, como cada día, como siempre. Tiene clase y bueno, quiere hablar con su profesor, sobre el trabajo que no pudo hacer. Tuvo que atender a su madre, estuvo unos días en el hospital por un proceso ulceroso que acabó bien. 

Llama por teléfono a Pedro. Dice que quieren arreglar las cosas. Y todavía no sabe si tiene las cosas claras, que no está bien que se lie con tantas chicas. Pero es que tampoco hay nada claro. Y no es que ella no tenga opciones, pero es que Pedro es Pedro, y tiene sus cosas, como todos. La de que sea tan golfo es una de ellas. Le da un punto malote que a ella le encanta. No sé por qué, a todas las chicas les gustan los chicos con un puntito de maldad. Será su despreocupación, tal vez.

Se lo imagina como hace tres semanas, en aquélla noche. Apoyado en la puerta de su Seat León, a las cuatro de la mañana, fumando despreocupadamente en el aparcamiento de esa discoteca donde le dijo que había más chicas aparte de ella. Es ésa imagen la que le gusta, aunque no le gustase lo que dijo. Ni lo sola que se sintió. Irán a un chino, le encanta la comida china.

Son las seis y cuarto cuando la cafetera se pone a borbotear. Le gusta el café caliente, y ella es de las chicas que se duchan rápido. Va a clase, no a un pase de modelos, así que apenas se maquilla y retoca. La ropa reside sobre la silla, preparada desde ayer. Le gusta desayunar lento así que se lo prepara todo. Se siente guapa, se siente con fuerzas, para ir a clase para dar el máximo y para quedar con Pedro primero y con Inés después.

Inés, su eterna compañera, siempre confidente y mejor amiga. Sabe más cosas Inés que su diario, siempre presente en la mesilla de su habitación. Coge el bolso, las cosas y se dirige al comedor. El café está casi hirviendo. El fuego amargo acaba de despertarla. Clase, Pedro, Inés, cenar con papá. Sale corriendo, el tren sale a las 7.04 y se para en Chamartín para coger luego la línea de Metro. No hay nada más cómodo que moverse por Madrid en Metro. Aunque a veces huele fatal.

Llega a tiempo. El tren ha llegado puntual desde Guadalajara, coge el ticket, entra y logra sentarse en un hueco. Se pone música en el mp3 y cierra los ojos.

Es jueves once de marzo del 2004.

Cadiel.

El tiempo se acaba y eso que acaba de empezar. La creación cae, presa de sus dudas y errores. Lucifer quiere que vaya y que esté con él. Y yo... ni siquiera sé dónde debo estar.

Una parte de mí cree y sabe que las cosas con Lucifer serán mejor. Tenemos que asaltar Santuario, donde todo sigue igual, mientras Paraíso está bajo asedio de Devoradores y criaturas más peligrosas. Ahí donde caen, se tornan en agujeros donde ni la luz sale. No sabemos de dónde salen. Estamos desbordados y no sabemos ni siquiera qué hacer. Cada vez son mejores, cada vez son mayores y cada vez cuesta más... recursos acabar con cada uno de ellos. Hay parajes en la creación que eran hermosos. Ya no.

Y desde el Santuario no se dice nada más que "acatar, defender, destruir a los que quieren destruirnos". Con ello, ejecutando y eliminando Devoradores no somos más que sus iguales. Hay algo detrás de esto, algo que soy incapaz de entender, y que parece que existe dentro de Santuario. Si se nos está prohibido el acceso al interior de él, ¿cómo vamos a averiguar la verdad?

No puedo estar contigo, porque nadie lo permitiría, y lo sabes. No estamos diseñados para ello. No puedo quererte, no debo quererte, y no hay nada que ansíe más que romper esas reglas. La gente me sigue pero sólo veo obediencia ciega a los propósitos de Lucifer y a mí... me llaman su "mano derecha". Dicen que asaltando Santuario es la única forma de que la Creación no sea pasto de las llamas. Yo no lucho para evitar las llamas. Lucho para poder ser libre, lucho para poder sentir libremente lo que siento. Pero claro, es todo tan difícil.

No entiendo por qué todo está volviéndose así. Sólo quiero que me entiendas si no lo conseguimos. Asaltar Santuario es la única manera de lograr una eternidad para ti y para mí.

Es la única elección posible. Y tengo que hacerlo, aunque antes Lucifer quiere parlamentar conmigo, en la lejanía del Universo. No sé qué va a pasar, pero tengo la impresión de que va a cambiar todo.