viernes, 7 de febrero de 2014

Buenos días.

Urgencias naturales
que surgen entre sueños
y unas inquietudes que afloran
entre la calidez matutina.

Súbita, inesperadamente
el cerebro se activa;
los ojos, cegados por la luz
atisban ángulos de chispas.

Curioso y sorprendente
el hábito humano, piensa
pero lo que no espera
es la oleada de fuego invasora.

Es un fuego que endurece
y congela la sal
que ya fluye sin fluir
en el silencio de un grito sin voz.

Es hielo que quema
acunando, protector implacable
envolviendo y ocultando 
una chimenea encendida e insomne.

Hierro como enredadera 
creciendo en espiral.
Púas como escaleras de caracol
que ya no clavan más.

Fuego, hielo y hierro
y una roca fragmentada
desperezándose entre chorros acuáticos
saludan al alba. 

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